A las puertas del centenario de nuestra Carta Magna...

Frincisco José Madero   06/02/2013

A las puertas del centenario de nuestra Carta Magna...

A las puertas del centenario de nuestra Carta Magna...

Frincisco José Madero

Vale la pena recordar que esta fue la más moderna de su tiempo. Un código normativo con visión social.

Sobre todo es imprescindible señalar cuál es el origen de documento en el cual se fundamenta nuestra República y el esquema legal que prevalece hasta nuestros días.

El proceso de la Constitución de 1917 es la culminación legal de un proceso de lucha revolucionaria.Este proceso fue tomado como una causa personal por Venustiano Carranza, que desde que inició la revuelta armada en contra del gobierno usurpador de Victoriano Huerta, llevó como un compromiso el darle una nueva legalidad a nuestro país.

El Primer Jefe de la Revolución, Venustiano Carranza, veía en el proceso constitucional una de las más grandes satisfacciones que permitía a la Revolución el cumplimiento de las promesas que en nombre de la gesta armada se habían realizado.

El día primero de diciembre de 1916, al entregar su proyecto de Constitución ante el pleno del Congreso en el Teatro de la Ciudad de Querétaro pronunciaría el siguiente discurso:

“[...] el proyecto de Constitución reformada, proyecto en el que están contenidas todas las reformas políticas que la experiencia de varios años y una observación atenta y detenida me han sugerido como indispensables para cimentar, sobre bases sólidas, las instituciones, al amparo de las que deba y pueda la nación laborar últimamente por su prosperidad, encauzando su marcha hacia el progreso por la senda de la libertad y el derecho; porque si el derecho es el que regulariza la función de todos los elementos sociales, fijando a cada uno su esfera de acción, ésta no puede ser en manera alguna provechosa, si en el campo que debe ejercitarse y desarrollarse no tiene la espontaneidad y la seguridad, sin las que carecerían del elemento que, coordinando las aspiraciones y las esperanzas de todos los miembros de la sociedad, los lleva a buscar en el bien de todos la prosperidad de cada uno, estableciendo y realizando el gran principio de la solidaridad, sobre el que deben de descansar todas las instituciones que tienden a buscar y realizar el perfeccionamiento humano. La Constitución política de 1857 que nuestros padres nos dejaron como legado precioso, a la sombra de la cual se ha consolidado la nacionalidad mexicana; que entró en el alma popular con la guerra de Reforma, en la que se alcanzaron grandes conquistas, y que fue la bandera que el pueblo llevó a los campos de batalla en la guerra contra la Intervención, lleva indiscutiblemente, en sus preceptos la consagración de los más altos principios, reconocidos al fulgor del incendio que produjo la Revolución […]

[…]con nuestros antecedentes políticos, y lo que nos evitará andar haciendo ensayos con la adopción de sistemas extranjeros propios de cultura, de hábitos y de orígenes diversos del nuestro, es, no me cansaré de repetirlo, construir el gobierno de la República respetando escrupulosamente esa honda tendencia a la libertad, a la igualdad y a la seguridad de sus derechos que siente el pueblo mexicano. Porque no hay que perder de vista, y sí, por el contrario tener constantemente presente que las naciones, a medida que más avanza, más sienten la necesidad de tomar su propia dirección para poder conservar y ensanchar su vida dando así a todos los elementos sociales el goce completo de sus derechos y todas las ventajas que de ese goce resultan, entre otras, el auge poderoso de la iniciativa individual.”

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