Tin Tan, a cien años del nacimiento del Pachuco de oro

Roberto Rondero   19/09/2015

Tin Tan, a cien años del nacimiento del Pachuco de oro

Tin Tan, el cómico que... no se parece a nadie

Roberto Rondero

CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre.- Vivillo desde chiquillo, Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés tuvo sólo la educación primaria en la escuela Justo Sierra y, a trompicones, terminó la secundaria. El segundo de nueve hermanos –sólo tuvo una hermana, Guadalupe-, nacido un día como hoy pero hace un siglo en pleno corazón de la Ciudad de México, creció como uno de los tantos personajes de barrio que encarnó en el cine, sin más esfuerzo que ser él mismo y sin imaginar la repercusión que tendría años más tarde en numerosos ámbitos.

Hijo de Rafael Gómez Valdés y Guadalupe Castillo en una vecindad de la calzada de Tlacopan (hoy Avenida Hidalgo), aquel niño era tremendo para aquello de gastar bromas y no quedarse quieto. El trabajo como aduanero de su padre lo llevó de Veracruz a Ciudad Juárez lo que le abrió nuevos horizontes, y es que la imaginación del futuro comediante lo ubicaba en las alturas, en conocer mundo, no en balde uno de sus grandes ídolos en su temprana juventud fue el célebre piloto Charles Lindbergh, quien lo inspiró en su filmografía (hizo una parodia del mismo en La isla de las mujeres).

El adolescente Germán quería conocer mundo, sólo eso. El paso obligado hacia Estados Unidos, el cruce fronterizo, y las aventuras de los “mojados” lo motivaron a ganarse sus propios pesos: lo mismo fue ayudante de sastre, guía de turistas, empleado de la Compañía de Luz y convivió con los pachucos de la época, con los que aprendió a mezclar palabras en inglés con el español. Jugarretas del destino, entre las multi chambas que ejerció, hubo una que lo conquistó: pegaba etiquetas de discos en la radiodifusora norteña XEJ, recomendado por su padre con un amigo, cuando Germán tenía 19 años.

La palomilla con la que aparece Germán Valdés en numerosas películas tenía nombres y apodos reales en su etapa de rebeldía con los pachucos de Ciudad Juárez, que vivían entre el vandalismo y la violencia. La farándula salvaría al joven de no ser uno más y acabar en la cárcel. En la XEJ, Germán quedó fascinado con el alcance de la radio, con la facilidad innata que poseía para contar chistes, hacer imitaciones, en especial de los grandes cantantes de la época que admiraba, como Agustín Lara, Juan Arvizu, Pedro Vargas o Toña La Negra.

El joven hiperactivo de mirada pícara, explicó el momento que la radio cambiaría la vida, testimonio recopilado por la revista Somos: “Un día bendito –recordaba el comediante— se estropeó el micrófono, lo arreglaron y el señor Meneses ordenó que se probara. A mí me pasaron la orden. Entonces empecé a cantar imitando a Agustín Lara; el señor Meneses creyó que se trataba de un disco del gran jarocho. Y nada, que era yo haciendo mis payasadas”.

Nacía así artísticamente Topillo Tapas, quien también se hizo llamar La Chiva y el Pachuco Topillo. Curiosamente, Germán Valdés, aficionado al beisbol y al patinaje, hizo sus pinitos cantando en serio los temas de diversos compositores, pero su personalidad “arrasaba” con su pretendida seriedad y muy rápido ya hacía parodias.

TIN TAN, PARA SERVIR A USTED

Una caravana artística a inicios de 1940 cambió para siempre la vida del entusiasmado pero indisciplinado comediante. El empresario Jorge Maulmer y su medio hermano, el ventrílocuo Paco Miller tenían que reemplazar en El Paso, Texas, al comediante Don Nato, solicitándole a Germán que lo sustituyera. En esa caravana también iban Meche Barba y Marcelo Chávez, quien a la postre sería su inseparable patiño y su “carnal del alma”. 

Fueron Maulmer y Miller quienes rebautizaron al cómico como Tin Tan, nombre que el ventrílocuo recordó cuando en Chile él nombraría a un desconocido joven comediante como El niño del Tin Tan y que tenía tal sonoridad que le hizo recordar a los grandes payasos que empleaban la repetición de su nombre para ser recordados: Pin Pon, Ti Ti, Tan Tan…Tin Tan.

Se cuenta que a Valdés no le gustó de inicio el apelativo, pero con el paso del tiempo lo aceptó, tanto que como Tin Tan haría su debut en la Ciudad de México.

Mientras en la ciudad de Los Ángeles, entre 1942 y 1943, el movimiento pachuco se extendía por todos los rincones, al comediante le aguardaba su debut en la Ciudad de México.

El 1 de noviembre de 1943, Excélsior incluía en su edición una inserción pagada que anunciaba el debut de Tin Tan el día 5 en el Teatro Esperanza Iris:

Paco Miller, el primer ventrílocuo del mundo con su creación insuperable, Don Roque, presenta a: Agustín Lara, Miguelito Valdés, La Panchita, Tata Nacho, Mercedes Garza, Los Calaveras, María Victoria, Mercedes Barba y Tin Tan, el cómico que no se parece a nadie, nuevo as del teatro en México”.

“MI GORDO DE ORO”

Enamoradizo y mujeriego, Tin Tan, quien se casó en tres ocasiones (con Magdalena Martínez, Micaela Vargas y Rosalía Julián y fue padre de seis hijos), captaba la atención de un público que sólo tenía la mirada puesta en Mario Moreno Cantinflas, con quien el comediante tuvo a lo largo de su carrera una competencia constante. Un cambio en su incipiente carrera en la que sólo realizaba rutinas cómicas, se dio en el momento en que conoció a un coordinador de ensayos y encargado de la nómina en una de las caravanas artísticas: Marcelo Chávez (1911-1970), quien también tocaba la guitarra y contaba muy bien los chistes del momento.

Fue el mismo Paco Miller quien conjuntó a Tin Tan con quien sería su “carnal” y patiño. “Conocí a mi carnal Marcelo en Ciudad Juárez. Un día, como quien no quiere la cosa, empezamos a ensayar: Agárrate la guitarra, vamos a ensayar, y cantamos el Guatatitaratiratao, La mosca sentada en la pared y todas las que yo cantaba. Salimos ese día a escena y gustamos mucho. Nos animamos a montar canciones y a prepararnos más. Desde entonces trabajamos juntos. Nunca hubo pleitos ni separaciones”, declaró Tin Tan.

Y fue con Marcelo Chávez con quien el comediante haría su debut fílmico, de manera casual, cuando en una de sus giras a finales de 1940, en uno de sus descansos filmaron el corto experimental El que la traga la paga, de Paco Miller, que se estrenó tres años después.

 

INFLUENCIA MUSICAL

En 2006, Sony Music lanzó el compilado Viva Tin Tan, que incluyó 15 temas emblemáticos reversionados por bandas de rock y ska, que aceptaron tener gran influencia de parte del Pachuco de oro. Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio, Jaguares, Botellita de Jerez, Thermo, Natalia Lafourcade y Café Tacvba, son algunos de los que participaron en el homenaje.

Tin Tan era rock and roll antes de que se nacionalizara mexicano, era un absoluto irreverente, jugaba con la música, el canto, la actuación y el arma más infalible para transformar la realidad: el sentido del humor”, comparte Roco Pachukote en un documental incluido en el disco.

Saúl Hernández opinó que Germán Valdés era un artista versátil que podía incursionar sin problemas en géneros como el tango, mariachi, cumbia y rock and roll.

Su formación músical era bastante grande y amplia, además de que cantaba muy bien, tenía un estilo muy propio. Contribuyó mucho a la cultura popular, porque él fue quien trajo a México toda la onda de los chicanos en cuanto a moda, el lenguaje y la forma de bailar”, compartió el también vocalista de Caifanes.

Jorge Chiquis Amaro, ahora integrante de JotDog, fue el encargado de producir el álbum en el que también participa su compañera María Barracuda, Salón Victoria y Moderatto.

El cantante de Maldita Vecindad explicó que hay muchas bandas de rock mexicano que querían rendir tributo a Tin Tan; sin embargo, hubieran tenido que hacer un disco triple o más extenso.

 

PARA SABER

  • Nombre completo: Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo.
  • Fecha de nacimiento: 19 de septiembre de 1915.
  • Fecha de su muerte: 29 de junio de 1973.
  • Estatura: 1.70 metros.
  • Ojos: Verdes.
  • Hermanos: Ocho (Rafael, Guadalupe, Pedro, Armando, Ramón, Cristóbal, Antonio y Manuel.
  • Esposas: Magdalena Martínez, Micaela Vargas y Rosalía Julián.
  • Hijos: Francisco Germán, Olga, Javier, Genaro, Carlos y Rosalía.
  • Hermanos: Ramón (1923-1988). Actor, participó en más de 30 películas con Tin Tan. Personificó a Don Ramón en El Chavo del ocho.
  • Manuel (1931). Actor y conductor. Participó en más de 20 películas con Tin Tan..
  • Antonio. Actor, apodado El ratón.
  • En el medio artístico destacan Christian Castro  y Marcos Valdés, hijos de Manuel.

 

CANTANTE EN CINE

Tin Tan cantó en muchas de sus películas, como El bello durmiente (1952) con el tema compuesto por él, Cavermango, que le canta a Lilia del Valle; en Calabacitas tiernas con El espejo, también compuesto por él; en La marca del zorrillo (1950), junto con las hermanitas Julián, La paloma (versión tropical con tintes jazzeros); El mariachi desconocido/ Tin Tan en La Habana canta y baila en el Tropicana, canta Piel canela, junto con Rosita Fornés.

En Chucho, el remendado (1951) canta Fiesta y Eso es felicidad, con Perla Aguilar; en Simbad el mareado (1950), con Soy feliz; en El Ceniciento (1951), interpreta temas de Cri Cri: El conejo y el cazador, y El relojito; en El vizconde de Montecristo (1954), canta Contigo a la distancia, de César Portillo de la Luz, dedicado a Ana Bertha Lepe; en El hijo desobediente (1945) y en El niño perdido (1947) imita a Jorge Negrete con Cocula, Las gallinas y Chickery Chick, versión en spanglish, respectivamente.

 

HOMENAJES

  • El Museo del Cine Mexicano inauguró la muestra Festejando los 100 años del nacimiento del Pachuco de Oro, apoyada por los hijos del comediante Rosalía y Carlos, en conjunto con la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México y el taller Ernesto García Cabral, A.C.
  • En Chihuahua se aprobó un proyecto para construir la sala de arte Tin Tan y se tiene contemplado construir el museo en la avenida Ignacio Mariscal. Este día se realizará un homenaje a Tin Tan en la Plaza que lleva su nombre, ubicada en el exterior del mercado Juárez.
  • En la Ciudad de México la estación del metro Zapata, en la Línea Dorada, se adecúa el Metrocinema, un espacio que se planea esté listo la próxima semana, para ser inaugurado con algunas de las películas del Pachuco de oro.. El Museo de Arte Moderno de Nueva York emitió una estampilla postal con imágenes del Centenario del Cine Mexicano, que incluye una imagen de Tin Tan en Hotel de verano.

 

EL MÁS BESUCÓN

En su mejor época fílmica, aunada a contar con efectivos guiones, buenos directores y repartos, se sumó su fascinación hacia las mujeres, de las que se hizo acompañar en casi todas sus películas. Considerado el actor más besucón del cine nacional, Tin Tan prodigó besos y abrazos al por mayor con actrices como Rosita Quintana, Yolanda Montes Tongolele, Silvia Pinal, Ana Bertha Lepe, Marga López, Nelly Montiel, Emilia Guiú, Sonia Furió, Alicia Caro (colombiana), Perla Aguilar, Amalia Aguilar, Rosita Fornés y María Antonieta Pons (cubanas), Martha Valdés, Evangelina Elizondo, Rosita Arenas, Aurora Segura, Rosa de Castilla, Verónica Loyo, Flor Silvestre, Rebeca Iturbide, Amanda del Llano, Irma Dorantes, Jaqueline Evans, Joan Page, Ingrid Garbow, Thelma Ferrino, Meche Barba, Carmelita González, Turanda, Lilia del Valle, Verónica Loyo, Kitty de Hoyos, Yolanda Varela, Lilia Prado, Martha Mijares, Mapita Cortés, Lorena y Tere Velázquez, Luz María Aguilar, Adriana Roel, Pilar Pellicer, Dacia González, Martha Elena Cervantes, Sonia Infante y Lilia Guízar, entre otras.

De todas las actrices con las que alternó, el mismo Tin Tan tuvo a sus favoritas: Rosita Quintana, con quien figuró en Calabacitas tiernas: Ay, qué bonitas piernas, título completo del filme en el que Quintana luce su físico. En una de las escenas ella lo rechaza y lo cachetea a lo que él le dice: “Qué diantre de gata angoriana, persiana...”

Con Quintana también apareció en Soy charro de levita en la que se dan un acalorado beso cuando ella cree que Tin Tan agoniza: “No me dejes pachuco, no te mueras pachuco”, y en No me defiendas compadre, refiere la publicación de Somos en 2001, el comediante dice de Quintana: “Hace el amor como las mulas…a patadas”.

La atracción hacia Yolanda Montes Tongolele se deja ver en El rey del barrio cuando ella ejecuta una danza afrocubana; en ¡Mátenme porque me muero!, como la bailarina Satanela a quien su padre (Marcelo Chávez) le prohíbe que vea a Tin Tan. Éste le suplica: “Déjeme tentarla a ver si es de a de veras”; y en Chucho el remendado (1951) la mirada del actor lo dice todo cuando Tongolele mueve las caderas, mientras Silvestre Méndez canta una letra que dice: “Qué rico baila la rumba Tongolele…Tongolele”.

Silvia Pinal fue otra de sus compañeras favoritas en películas como El rey del barrio —en la que baila mejilla con mejilla el tema Contigo—, en La marca del zorrillo, parodia de El zorro, en la que ella respira profundamente para aguantar el prolongado beso de su oloroso galán. Pinal también alternó con él en Me traes de un ala y, por última vez, en Los cacos.

Completa la tercia de favoritas Ana Bertha Lepe, cuarto lugar en Miss Universo en 1953, con quien formó pareja en El tesoro del rey Salomón, en Lo que le pasó a Sansón, en la que ella le corta el pelo a su amado Sansón, llamándolo “El gran chichimeca pariente de los tlaxcaltecas, los tariácuris y los Fernández de Peralvillo”; además de El vizconde de Montecristo, Tin Tan, el hombre mono (1962) y en Las amiguitas de los ricos.

En su etapa más creativa, Germán Valdés sabía que ya era famoso y uno de los actores que mejor cobraba por película, pero no dejó de ser compartido a la hora de integrar los repartos de sus películas. Gracias a ello se rodeó de su propio staff, que se conocía como la palomilla de Tin Tan.

Nombres como Juan García Garza Peralvillo (1906-1980), Wolf Ruvinskis (1921-1999), Famie Kauffman Vitola (1927-2009), René Ruiz Martínez Tun Tun (1932-1993) Joaquín García Vargas Borolas (1922-1993), José Ortega El sapo (1914-1958), participaron en buena parte de la filmografía del cómico. Y si bien Tin Tan era querido y admirado por sus compañeros, también su cuatachismo y su despilfarro le trajeron graves problemas económicos, como cuando tuvo su propio cabaret, El Satélite, al lado del Teatro de los Insurgentes, mismo que fracasó a mediados de los cincuenta.

 

DOCUMENTALES

 

  • Tin Tan, de Manuel Márquez Briseño; guión, Juan Santiago Huerta (2001).
  • Tin Tan, de Francisco Taboada Tabone (2009)
  • Ni muy muy...ni tan tan... Simplemente Tin Tan, de Manuel Márquez (2005).



 

LEGADO

  • En 1999, el Museo de Arte Moderno de Nueva York emitió una estampilla postal con imágenes del Centenario del Cine Mexicano, que incluye una imagen de Tin Tan en Hotel de verano.
  • La segunda noche (1999), de Alejandro Gamboa, incluye en su banda sonora el tema Personalidad, interpretado por el cómico.
  • En La ley de Herodes, de Luis Estrada, ambientada en 1949, se menciona que Damián Alcázar se parece a Tin Tan y se hacía referencia al Teatro Blanquita anunciando su espectáculo Salón México, con la viñeta de un pachuco.
  • Exposiciones de sus películas en Francia, en la muestra Retratos de México y en el Festival de los Tres Continentes en Nantes.

 

CARNALES SINCRONIZADOS

Con su carnal filmó algunas de sus más recordadas películas: Hotel de verano (1943), El hijo desobediente (1945), Hay muertos que no hacen ruido (1946), Con la música por dentro (1946), El niño perdido (1947), Músico, poeta y loco (1947), Calabacitas tiernas (1948), Soy charro de levita (1949) – en una escena Tin Tan lo llama “Mi gordo de oro”-; No me defiendas compadre (1949), El rey del barrio (1949), La marca del zorrillo (1950), ¡Ay amor cómo me has puesto! (1950), Simbad, el mareado (1950), El revoltoso (1951), El Ceniciento (1951), Chucho el remendado (1951, Las locuras de Tin Tan (1951), El bello durmiente (1952), La isla de las mujeres (1952), Dios los cría…(1953), Reportaje (1953), El mariachi desconocido (1953), El vagabundo (1953), El vizconde de Montecristo (1954), El campeón ciclista (1956), El que con niños se acuesta (1957), Vagabundo y millonario (1958), Tintansón Crusoe (1964), Loco por ellas (1965) y El ángel y yo (1966).

A la muerte de Marcelo Chávez, el 14 de febrero de 1970, Tin Tan declaró a los medios: “Éramos hermanos, y que me perdonen mis carnales, pero en verdad fue el golpe más duro de mi vida. Como si me hubieran amputado una pierna o un brazo”.

Poco a poco la vis cómica y el carisma de Tin Tan subían como la espuma. Anunciado en el Iris como El colosal excéntrico musical –también hizo temporadas exitosas en el Follies Bergere y en El Patio— coincidió en el mismo lugar con Mario Moreno Cantinflas. La revista Cinelandia dejó constancia de lo vivido por el comediante: “Desde luego, la gente no iba a verme a mí, sino a Mario, pero tenían que presenciar mi actuación con Marcelo en el personaje del pachuco Tin Tan y fue introduciéndose ese tipo –que era yo— en el interés del espectador. Gustaban los números, las gentes se divertían y hasta llegó a crearse, sobre todo en las barriadas, el pachuquismo.

Surgieron los contratos y actuamos en varios lugares importantes. Nada menos que dos años consecutivos permanecimos en El Patio, entonces el centro nocturno de más categoría de México y de América Latina”.

Con su experiencia radiofónica y sus dotes naturales para la improvisación, Tin Tan tuvo otro acercamiento que cambiaría su vida artística cuando conoció a Gilberto Martínez Solares (1906-1997), quien llegó a reconocer que al principio lo consideraba un artista “corriente”. Su percepción cambió cuando comprobó sus aptitudes en escena. Martínez Solares fue despojando a Tin Tan del pachuco, personaje que hacia 1948 se diluía tan rápido como el movimiento que lo engendró, para transformarlo en el nuevo héroe urbano y de barrio, el que salía airoso de los más complicados problemas gracias a su ingenio y picardía, siempre rodeado de una singular camarilla que lo seguía en las buenas y en las malas.

Un Tin Tan más explosivo y desenfrenado conquistaba en definitiva al público que gozaba de ver en el cine parodias de filmes clásicos, como La marca del zorrillo y Simbad el mareado. 

A lo largo de su prolífica carrera cinematográfica y lejos de filmar sólo con Martínez Solares, lo que sería otra de sus virtudes, Tin Tan fue dirigido por otros realizadores de distintas épocas y estilos, como Ismael Rodríguez (Mátenme porque me muero (1951), El ogro y Trampa para una niña (ambas en 1969); Rafael Baledón (La isla de las mujeres, 1952), El hombre inquieto (1954), Vivir del cuento (1958), El pandillero (1959) y Los fantasmas burlones (1964), al lado de su hermano Manuel Loco Valdés.

Con Rogelio A. González (1920-1984) fue dirigido en El que con niños se acuesta (1957), Dos fantasmas y una muchacha (1958), y El vagabundo (1953); con Juan Bustillo Oro (1904-1988) en Las aventuras de Pito Pérez (1956, con un papel tragicómico); Emilio Gómez Muriel (1910-1985) en Seis días para morir (1966) y En estas camas nadie duerme (1970); con Miguel Murayta en El médico de las locas (1955), Vagabundo y millonario (1958) y en Detectives y ladrones (1966); con Fernando Cortés (1903-1979) en El gato sin botas (1956), El teatro del crimen y El campeón ciclista (ambas de 1956), Viaje a la luna (1957), El fantasma de la opereta y Variedades de medianoche (ambas de 1959).

 Con Fernando Méndez (1908-1966) en El cofre del pirata (1958); con Rafael Portillo en Ferias de México (1958); con Benito Alazraki en La tijera de oro (1958) y Tin Tan y las modelos (1959).

 Con Julián Soler (1910-1977) en Locura de terror (1960); con Federico Curiel (1917-1985), y Chano Urueta (1895-1979) en El tesoro del rey Salomón (1962), Pilotos de la muerte (1962) y Especialista en chamacas (1965).

CUESTA ABAJO

El Tin Tan más creativo e instintivo había pasado y le había cedido la escena a otro que se había dejado crecer las patillas, que lucía un abultado abdomen y que se metía en más líos de los que podía resolver.

    Tan sólo entre 1956 y 1959, filmó 30 películas, casi todos para el olvido, preámbulo de su ocaso cuando en los sesenta su compañía Producciones Valdés naufragaba como su yate Tintavento en Acapulco —su puerto favorito—, con préstamos que no podía solventar y que en el caso de la producción Tintansón Crusoe (1965) el Banco Cinematográfico retuvo el dinero de los ingresos de la películahasta que tiempo después fue liberado, con lo que el actor pudo solventar diversas deudas.

      Tenía pendientes películas como Tintorería (escrita por él), El pobre Simón y un proyecto televisivo con título tentativo de Náufragos del espacio. Aun así el comediante se daba el lujo de llenar las plazas en las que se presentaba, al lado de su carnal Marcelo.

        Olvidado por la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas —sin recibir un Premio Ariel—, la Asociación Nacional de Actores (ANDA) le hizo entrega —extemporánea— de las Medalla por 25 años de actividad.

En 1966, junto con Gilberto Martínez Solares sufre pérdidas económicas a causa del actor estadunidense Broderick Crawford, quien por su alcoholismo no se presentaba para el rodaje.  Con el apremio económico hacia 1969 audiciona para Disney y consigue por amplio margen realizar el doblaje de los personajes Baloo en la película El libro de la selva y la del gato O’Malley en Los Aristogatos.

  Para empeorar su situación, luego de padecer hepatitis fue diagnosticado con cáncer hepático, que derivó en su muerte el 29 de junio de 1973, y cuyo parte médico especificó: “coma hepático, carcinoma de páncreas con metástasis al hígado y cirrosis hepática”.

  El actor no dejó fortuna, tan sólo un testamento en el que incluía a su esposa Rosalía y sus hijos Rosalía y Carlos, en ese entonces menores de edad y el seguro de vida de la ANDA por 40 mil pesos.  El cortejo fúnebre del inolvidable comediante -del que dio cuenta Excélsior en su edición del 30 de junio—partió de la agencia funeraria Gayosso  hacia el panteón Jardín, donde se encuentran sus restos.

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