Las momias del Museo del Carmen

Miguel Omendi   16/10/2014

Las momias del Museo del Carmen

Las momias del Museo del Carmen

Miguel Omendi

Si lo que te gusta es descubrir, conocer y pasar en verdad un rato agradable –y qué mejor que conociendo la historia- no te puedes perder la visita al Museo del Carmen… ¿A que no sabías que en el DF hay momias?

Así es, no sólo en Guanajuato podrás encontrar algo que pareciera que se encuentra varado en la época colonial y que tanto gusta a los mexicanos: las momias y esa burla-miedo a la muerte. Por eso, te recomendamos que vayas a este museo, ahora que estamos por celebrar un año más a nuestros seres queridos que han partido al más allá… Sin embargo, la verdad es que en cualquier temporada del año, podrás ir y te seguirás sorprendiendo.

Aún varios días después no sabrás explicar muy bien cuando te preguntan qué hiciste durante casi 30 minutos en un cuarto lleno de momias. Lo cierto es que podrías repetir la experiencia varias veces más.

Retrocedes en el tiempo…

Cerca de la Plaza de San Jacinto en San Ángel, con calles empedradas, parques aledaños muy apacibles y negocios locales dan especial ambiente al lugar. Tiene un sabor y olor pueblerino, de época… Solamente lo conservan esas calles dignas de nuestra historia… Es sorprendente el tamaño del Museo del Carmen. Entras y sigues retrocediendo… En el tiempo…

Un poco de historia

En 1615, la órden los carmelitas descalzos construyeron el Colegio de San Angelo Mártir, en una comunidad llamada Tenanitla. Este colegio llegó a tenar hasta 51 alumnos que estudiaban teología escolástica; además su gran biblioteca se conformó por más de 12 mil volúmenes. El colegio se convirtió en uno de los puntos más representativos de la comunidad, razón por la cual, con el tiempo, se cambió el nombre de la zona por el de San Ángel. En 1858, gracias a la Reforma, el convento fue clausurado y pasó a manos del ayuntamiento, quien vendió gran parte de la construcción y los jardines, utilizando el resto comocárcel y cuartel, entre otras funciones. Pero para 1929, cuando el barrio de San Ángel empezó a adquirir mucho protagonismo (gracias al asesinato de Obregón), la Secretaría de Educación Pública (SEP) decidió que ese inmueble debería convertirse en el Museo del Carmen.

Un tétrico descubrimiento

El colegio y convento de la Señora de Santa Ana funcionó prósperamente por siglo y medio. La calma se rompió cuando entre 1847 y 1848 las tropas norteamericanas llevaron a cabo la ocupación de San Ángel, motivo por el cual varias partes del edificio fueron destruidas y sus bienes saqueados. Incluso se presentó la tala y quema de los árboles de los jardines y de la huerta.

Tras la ocupación estadounidense, el convento volvió a la calma por unos años; para 1861, las Leyes de Reforma obligaron a que los frailes abandonaran definitivamente el convento. El ayuntamiento de San Ángel estableció una cárcel en el colegio, otras partes fueron vendidas a particulares o abandonadas.

Con el inicio de la Revolución Mexicana, el edificio nuevamente fue ocupado y saqueado en busca de tesoros escondidos. Durante estas excavaciones no apareció ningún tesoro, pero sí varios cuerpos momificados.

La mayoría de las piezas con las que te topas pertenecen al arte sacro virreinal, herencia de los monjes carmelitas entre las que se encuentran obras de artistas sobresalientes de esa época, como Miguel Cabrera, Cristóbal de Villalpando o Juan Correa.

Aunque habías visitado otros monasterios y colegios virreinales, ninguno te había parecido tan impresionante. Los vestigios de la forma de vida que llevaban los monjes y que está implícito en muchos de los rincones te transportaron siglos atrás. Subes escaleras, sales a un patio, descubres esculturas, ves paredes con pinturas al óleo, y en el camino sigues encontrando más y más salas.

Te topas con un claustro con increíbles juegos de luz y sombra, una impresionante sacristía y un jardín que rememora los antiguos huertos de los frailes. Es entonces cuando el cielo comienza a tronar y el aire a oler a lluvia.

Las momias del Carmen

12 cuerpos conservados y momificados de manera natural entre 1916 y 1917. La noticia de este descubrimiento corrió como pólvora por todo el barrio de San Ángel. El origen de los cuerpos es incierto, aunque se cree que en vida fueron pobladores del rumbo que al morir fueron enterrados por sus familiares en la zona de criptas del Colegio (que está justo debajo de la nave principal de la Iglesia del Carmen), quienes aprovecharon que el recinto estuvo abandonado tras la exclaustración de los monjes a causa de las Leyes de Reforma.

Saber la identidad de estas doce momias fue imposible, pues los ataúdes en los que originalmente se encontraban fueron destruidos durante el saqueo en la Revolución.

En este caso, la momificación se debió a que el terreno donde fueron enterrados está compuesto de tepetate, lo que contribuyo a que el proceso de deshidratación de los cuerpos se acelerara y se inhibiera la proliferación de bacterias, enzimas y hongos que descomponen los tejidos y producen la descomposición de los cadáveres.

Un fraile del templo carmelita quiso volver a darles sepultura, pero los habitantes en San Ángel se opusieron alegando que eran parte de la comunidad. Su destino fue el mismo Colegio del Carmen, en donde el gobierno federal creó un pequeño museo en 1921 donde además de las momias, se resguardaron las obras que habían dejado los frailes. Tras la muerte de Álvaro Obregón en 1929, el barrio de San Ángel adquirió relevancia en la capital, por lo que se constituyó formalmente el Museo del Carmen, que fue 10 años después fue adoptado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Ubicación

El Museo del Carmen se encuentra en Avenida Revolución 4 y 6, esquina Monasterio, San Ángel, Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.

  • El costo de entrada al Museo es de  $ 48.00.
  • Personas de la tercera  edad, Estudiantes y Maestros con credencial vigente
  • La entrada es gratuita.
  • Horario:  martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas

Aquí más información acerca del Museo del Carmen.

 

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