Los dos rostros 
de la Universidad; secuelas de la huelga de 1999

Leticia Robles Rosa   03/09/2015

Los dos rostros 
de la Universidad; secuelas de la huelga de 1999

Los dos rostros 
de la Universidad; secuelas de la huelga de 1999

Leticia Robles Rosa

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de septiembre.- Deteriorada en su prestigio por la protesta estudiantil más prolongada en toda su historia, protagonizada por el Consejo General de Huelga (CGH), 16 años después la UNAM se prepara para un proceso de sucesión en la Rectoría, en medio de una realidad contrastante que la muestra como una institución académica igual a las mejores del mundo, pero con áreas con rezago académico y administrativo innegable.

Sin poder recuperar todavía los espacios que le arrebató el activismo radical, la UNAM muestra hoy al mundo un rostro inédito que la coloca en el camino de una recuperación académica sostenida, con generaciones de estudiantes que ya no toman clases en grupos numerosos, que dominan el idioma inglés, que reciben una formación multidisciplinaria que les permite competir a nivel internacional, principalmente en el área de las ciencias exactas.

Pero también es una universidad que vive el rezago en algunas de sus instituciones del área de las ciencias sociales; con facultades que registran un constante activismo estudiantil y académico que ha llevado a disminuir su presencia en foros nacionales e internacionales, o que cobija actividades ilegales como la venta de drogas o la toma de espacios que la comunidad universitaria no puede utilizar.

El mayor ejemplo de ese fenómeno es el auditorio Justo Sierra, conocido comúnmente como Che Guevara, que en 1999 sirvió de sede oficial de las asambleas del CGH y del cual fueron sacados los principales dirigentes de ese movimiento juvenil en febrero del año 2000, pero que se quedó en posesión de un grupo de jóvenes que no lo han entregado a la Universidad Nacional, y a pesar de la protesta de gran parte de la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras, sede del auditorio, no se ha podido recuperar.

Esa es la UNAM, que a partir de este mes abre el proceso para cambiar al rector José Narro Robles, quien llegó al gobierno de la institución como secretario General de la Rectoría de Juan Ramón de la Fuente en noviembre de 1999 y desde esa posición le correspondió trabajar por la recuperación de la universidad, avanzar hacia la reconciliación de la comunidad, para entonces polarizada, y garantizar la estabilidad de la institución.

En febrero de 2003, José Narro Robles fue elegido por la Junta de Gobierno como director de la Facultad de Medicina y desde esa posición vivió el segundo periodo de gestión de Juan Ramón de la Fuente; en 2007 fue elegido por la Junta de Gobierno como rector de la UNAM, como parte importante del mismo proyecto que llegó en 1999, con De la Fuente.

Sin embargo, con el paso de los meses José Narro Robles marcó el estilo de su gobierno universitario con un activismo constante de acercamiento a absolutamente todos los grupos políticos de la Universidad Nacional; la inclusión fue la característica del rectorado de este académico que comenzó a trabajar cerca de las decisiones de la Rectoría desde la época del rector Jorge Carpizo y quien tuvo su origen político universitario en el seno del grupo del exrector Guillermo Soberón Acevedo.

José Narro Robles emprendió también el trabajo de la mejora constante de la calidad académica de la Universidad Nacional Autónoma de México, al grado que prácticamente todos sus programas de estudio cuentan con certificación externa; los de áreas de ciencias exactas tienen incluso certificaciones internacionales.

La institución registra el mayor número de solicitudes de ingreso a sus aulas y, por lo tanto, tiene el mayor nivel de jóvenes no aceptados.

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