La vida después del 85

Carolina Bustamante   20/09/2012

La vida después del 85

Fotografía:Carolina Bustamante

Carolina Bustamante

A 27 años del sismo que le cambió la cara y la vida a la ciudad de México, aún no tenemos las armas necesarias para prevenir o mitigar los daños que un desastre como este puede ocasionar en la gran metrópoli.

El temblor de 8.2 grados en escala de Richter del 19 de septiembre de 1985 y su réplica de 7.3 grados al siguiente día, provocó la caída de casi 500 edificios la mayoría entre 7 y 12 pisos de altura y construidos de manera similar. Por ejemplo los recordados edificios en Tlatelolco.

Fotografía: Carolina Bustamante

“Todos los edificios que se colapsaron, sin excepción, estaban construidos sobre lo que era el antiguo lago de Tenochtitlan”, explicó el investigador emérito del IFUNAM Jorge Flores Valdés en un reportaje llamado La física del temblor defeño de la periodista científica Aleida Rueda, publicado en el portal web del Instituto de Física de la UNAM.

Flores Valdés explicó que en las partes de montañas que rodean al lago o de terrenos más o menos duros no se cayó nada cuando el terremoto del 85.

Sin embargo, el investigador asegura que en cuanto a futuros sismos “todo lo malo ocurrirá en la zona del ex lago de Tenochtitlan”, lo que involucra a toda la zona que ya vimos una vez devastada: la zona Centro al canal de Miramontes o en el cruce de Reforma e Insurgentes.

Y esto se debe a que “en cada temblor, las ondas en la cuenca arcillosa donde está construida parte de la Ciudad de México son siempre las mismas (…) tiene que ver con la estructura local del suelo, la geología local de la ciudad de México”, eso es lo que determina los daños, concluye Flores Valdés en el reportaje.

El rescate de la ciudad en manos de la sociedad

Las acciones de rescate en ese jueves fatídico del septiembre del 85 fueron casi nulas  por parte del  gobierno y fue entonces cuando los chilangos tomaron las riendas de su ciudad y levantaron escombros, salvaron a sus vecinos y rescataron los cuerpos de sus familiares.

La experiencia obligó a los ciudadanos a exigirle a su gobierno medidas específicas para actuar en estas catástrofes; por lo que tanto el Gobierno Federal como el  Distrital  tuvieron que aceptar y capacitar a la sociedad para su bienestar.

Por lo que en 1988 el gobierno permitió una  mayor participación ciudadana y se materializó en las asambleas de barrios, los consejos de participación ciudadana y en la instauración de la asamblea de representantes de la ciudadanía capitalina, mismas que poco a poco eliminaban una dependencia al Congreso de la Unión o con el Ejecutivo Federal.

Para el gobierno de Carlos Salinas los cambios políticos tuvieron que ser más radicales pues el reclamo de la sociedad, a falta de iniciativas, creció.

Salinas favoreció  la Reforma Política de 1993 -aplicada desde 1994- en la que se establecieron el Estatuto de gobierno de la capital y la creación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Así, con esta reforma, la figura del Regente fue sustituido; pero no fue hasta 1997 que se convirtió en un Jefe de Gobierno electo. Oportunidad que le dio la victoria a la izquierda.

Sin embargo, el miedo era y es latente en la ciudad, por lo que los chilangos decidieron emigrar a la periferia.

Esto provocó que para las elecciones de 1997 se redistritó la zona y la representación de Diputados Federales pasó en el D.F. de 40 a 30 y en el Estado de México de 30 a 40.

No es lo mismo pero es igual

Los movimientos telúricos son constantes en la ciudad de México, pero se piensa que con el tiempo las medidas de prevención y las nuevas reformas públicas que obligan mayor seguridad en las construcciones de edificios, nos hacen pensar que la historia del 85 no se repetirá.

Sin embargo, el pasado 20 de marzo se activó la alerta sísmica  y el recuerdo inminente de un terremoto como el del 85 se adueñó de las memorias de los capitalinos; esto a pesar de que el saldo de esta nueva sacudida en la ciudad no fue catastrófico como hace 27 años o como en Guerrero y Oaxaca, donde sí hubo daños mayores.  

El ingeniero mexicano Emilio Rosenblueth (1926-1994)  explicó, en su trabajo Sismos y sismicidad en México, que desde 1942 cuando inicia el primer reglamento de construcción para el Distrito Federal, las normas específicas para prevenir el daño sísmico fueron elementales por lo que  tratar de actualizarlo siempre resulta insuficiente.

Rosenblueth describe que después del  movimiento telúrico de 1941, el cual fue de 7.9 grados, los sismos siguientes fueron de una escala mucho menor; por lo que se sembró la idea de que no había que actualizar la normatividad publicada en el año de 1942.

Fue hasta 1957con el llamado "Temblor del Ángel" -ya que el Ángel de la Independencia se cayó- con una magnitud de 7.5 grados “el exceso de confianza gubernamental” salió a la luz, pero también dio origen a las llamadas Normas de Emergencia.

Fotografía: En el Temblor de 1957 se cayó el Ángel de la Independecia.

 

Aunque con el paso del tiempo las normas se relajaron y fue hasta 1966 y 1976 que se efectuaron cambios a la regulación.

Es así que con esas medidas se vivió el terremoto del 1985, y no fue hasta dos años después, en 1987, cuando se reestructuró el reglamento y se volvió un poco más riguroso.

Por otro lado, el profesor Sergio Puente, en su ensayo: Una megalópolis en riesgo, publicado en el tomo IV de la obra en 16 volúmenes de El Colegio de México, Los Grandes Problemas de México de 2010, explica que existen en la ciudad de México  43,451 inmuebles que fueron diseñados con una normatividad anterior a la del sismo de 1985 y de estos 2,676 pueden ser catalogados de alta y media vulnerabilidad estructural.

Terremoto del 85 cambió a la ciudad y su economía

Desde 1996 México cuenta con un Fondo de Desastres que involucra varias herramientas de emergencia. El FONDEN apoya con recursos financieros a las entidades o dependencias que necesiten recursos adicionales para la atención de los damnificados en un evento natural de gran magnitud.

Además, tenemos medidas preventivas que son el FIPREDEN y el FOPREDEn y otros instrumentos que se le habilitaron a Protección Civil; por ejemplo: el conocido grupo de Topos. Rescatistas que surgieron en el terremoto de 1985.  

Remontémonos a la Ciudad de México hace 27 años. El presidente de la República, Miguel de la Madrid, había aplicado un gobierno de austeridad en el gasto público.

Cuando el terremoto pasó, las pérdidas humanas fueron incontables, las pérdidas materiales  se terminaron de registrar y recuperar casi 10 años después; pero las pérdidas económicas fueron las que determinaron la recuperación de la ciudad.

Las pérdidas fueron de 4.100 millones de dólares; lo que significó el 2,1% del Producto Interno Bruto de ese año.

Además, debido a la pérdida de empleo temporalmente por la catástrofe, hubo una reducción de 84 millones de dólares en el ingreso personal y el desempleo aumentó a 150 mil personas.

Para el año siguiente, 1986, el impacto siguió y se extendió por aproximadamente los cinco años siguientes al terremoto, donde el sector público incrementó su

déficit en cerca de 2.000 millones de dólares y la inflación que ya agobiaba al bolsillo mexicano se acentuó.

A 27 años del terremoto que se quedó grabado en la memoria de la ciudad de México, no terminamos de entender qué fue lo que pasó y las magnitudes del hecho.

Sin embargo, hoy día sí estamos mejor preparados que en 1940 o que en el 85, pero aún nos sorprende el futuro de gran metrópoli que sigue creciendo sin medida aparente.

Fuentes:

http://www.fisica.unam.mx

http://www.joseluislezama.com/

http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/33659/mexicocap3.pdf

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/3milenio/temblo/htm/sec_27.htm

http://www.nuevaeraonline.com.mx/antes-y-despues-del-temblor/#.UFnVW7KTsyc

https://maps.google.com.mx

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