El pesado silencio de las víctimas del 'bacha bazi': una historia de abuso infantil

AFP   19/12/2016

El pesado silencio de las víctimas del 'bacha bazi': una historia de abuso infantil

"Bacha bazi" significa "jugar con niños" en dari, una de las dos lenguas oficiales de Afganistán.

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"Bacha bazi" significa "jugar con niños" en dari, una de las dos lenguas oficiales de Afganistán.

Se considera una tradición centenaria y consiste en convertir a jóvenes muchachos en bailarines, sin embargo la tradición se ha deformado tanto que hora los jóvenes son solamente esclavos sexuales y está muy extendida entre las fuerzas del orden afganas.

Tras semanas de investigación, AFP localizó a uno de los jóvenes afganos secuestrados, escapado por poco a una vida de esclavitud sexual en manos de un policía. Pero romper su silencio llevará aún mucho tiempo.

Incapaz de explicar lo que vivió dos años antes, de volver a vivir su vida con normalidad, mantiene la mirada fija en su taza de té.

Pertenece a una de las 13 familias entrevistadas por la AFP en el marco de una serie de artículos sobre las víctimas del "bacha bazi.

Una primera investigación en junio reveló cómo los insurgentes talibanes reclutaban a estos chicos como "caballos de Troya" para atacar desde dentro a los policías que habían abusado de ellos.

El presidente afgano Ashraf Ghani se comprometió entonces a hacer una "investigación en profundidad" y Washington exigió el cese de los abusos en este país aliado y beneficiario de importantes ayudas financieras y militares.

La suerte de las familias, generalmente abrumadas por la vergüenza y destruidas por la pena, raramente se conoce.

En Afganistán, los bachas son descritos frecuentemente como chicos vendidos por sus familias, demasiado pobre, o atrapados por regalos o el espejismo de una vida fácil. Los testimonios recogidos por la AFP en varias provincias a lo largo de varios meses hablan de secuestros en todos los casos.

Algunas familias viven en zonas de difícil acceso y no han podido dar su testimonio. Otras prefieren no hablar por miedo a las represalias: "Su artículo no me devolverá a mi hijo, no cambiará nada, dijo un padre doliente a la AFP.

Contrariamente a otros muchos secuestrados, el chico de la taza de té pudo escapar gracias a la intervención de un tercero con influencias y poder, pero su trauma es visible "Sus cicatrices tardarán en curarse", considera el padre. "Es como un muerto viviente".

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