Corredor Cultural Chapultepec: de acueducto a un parque elevado

Kenya Ramírez   22/08/2015

Corredor Cultural Chapultepec: de acueducto a un parque elevado

Corredor Cultural Chapultepec: de acueducto a un parque elevado

Kenya Ramírez

CIUDAD DE MÉXICO, 22 de agosto.- Una avenida histórica que resistió al paso del tiempo, a la urbanización y a un sismo, que conserva algunos vestigios que explican el porqué de su trazado y reuso, pero está “desaprovechada”, dicen urbanistas, arquitectos y sobre todo desarrolladores.

Así es la avenida Chapultepec, con un potencial económico, turístico y social que está en la mira como parte de una reconversión urbana promovida por las autoridades locales, y como una nueva lucha ciudadana, con grupos vecinales que se oponen al proyecto del Corredor Cultural con un parque elevado y comercios.

Su añejo encanto en los alrededores se conserva, en el cruce con Niños Héroes y Balderas se mantiene La Ciudadela; a la altura de Bucareli, sigue en pie el Conjunto Mascota, construido por Ernesto Pugibet, uno de los primeros edificios de departamentos de la ciudad.

Está el templo barroco de Belén y en el cruce con Insurgentes, la Glorieta de los Insurgentes y la estación del Metro, aunado a 
escasas casonas del siglo XIX que aún se conservan.

Sobre el camellón, los restos de un acueducto, la ciclovía y una escultura de diez metros de altura (cerca del Metro Sevilla) que primero fue un jardín vertical con forma de “serpiente emplumada”.

Está flanqueada por dos atractivos de la ciudad: la Zona Rosa y la colonia Roma; un tramo de sus amplios carriles —ahora repletos de autos, con espacios confinados para Metrobús y bicicleta— recuerdan su origen prehispánico y luego virreinal como una vía para suministrar agua a la población.

Del antiguo Acueducto de Chapultepec aún hay huella; fue remozado durante la época virreinal en 1779 con más de 900 arcos de piedra, de cuales se conservan 20 convertidos en una fuente ornamental.

La avenida Chapultepec fue el camino que la comitiva de Maximiliano utilizó antes de que existiera Paseo de la Reforma, para viajar de Chapultepec al Zócalo. El acueducto cayó en desuso y el trazado de la “calzada” dio paso a un bulevar ampliado en medio de las nuevas colonias, hoy Roma y Juárez. El último tramo se derribó durante la construcción de la Línea 1 del Metro en 1969.

Luego llegaron puentes a desnivel, camellones y la Glorieta de los Insurgentes, conservando las dos fuentes de diseño colonial ubicadas frente a la ermita de Salto del Agua y en el paradero del Metro Chapultepec.

Ahora se ven inmuebles grafiteados, lotes baldíos, casonas transformadas en bares y restaurantes, talleres y algunos negocios de barrio, aunado a espacios abandonados y en mal estado por el terremoto de hace 30 años.

“Había casas muy bonitas, era tranquilo, no como ahora, hay mucho negocio, el tráfico no para, no es una calle (sic) bonita, está descuidada, después del sismo del 85 cambió mucho.

“Hay un proyecto para modernizarla, no lo conozco bien pero dicen que es un parque, que van a poner negocios y un puente”, contó Raymundo López, vecino de la Roma desde hace 40 años.

Para Miguel Torruco, secretario de Turismo del DF, el proyecto del Corredor Cultural Chapultepec es una oportunidad para revolucionar este espacio y generar un pasaje directo a la Zona Rosa, una estrategia viable para repotenciar el turismo.

“Es un corredor que viene a revolucionar la zona, la siguiente etapa de un segundo piso pero ahora ecológico, cumple con los tres preceptos de la sustentabilidad.

“Turísticamente se tienen calculados 11 espacios para restaurantes que puede tener un beneficio y un flujo de 700 mil comensales. Sería la gran solución al ser parte del pasaje directo para comunicarse con la Zona Rosa, puede ser que una vez más se detone turísticamente como en los 70”, dijo el funcionario.

METAMORFOSIS

El proyecto del nuevo rostro de la histórica avenida puede resumirse en cuatro puntos:

  •  El corredor irá de la glorieta de Insurgentes a la calle Lieja.
  •  Se construirá una estructura elevada.
  •  Las aceras peatonales se ensancharán.
  •  Se mantendrán cuatro carriles para autos por cada sentido.

Desgastado por el tiempo

Casas y comercios abandonados, ambulantaje, baches,  y caos vial, entre otros, reflejan sus problemáticas.

El deterioro de la infraestructura peatonal, la concentración de comercio ambulante, el caos vial que genera el Centro de Transferencia Modal (Cetram) y la ausencia de espacios públicos, son las deficiencias más visibles de avenida Chapultepec, una de las vialidades con mayor afluencia del Distrito Federal.

Además, aunque existe en esa zona una amplia oferta de servicios, están desarticulados y no ofrecen espacios que promuevan o fortalezcan el tejido social, y hay un déficit de espacios comerciales, señala el Estudio de Evaluación Socioeconómica del proyecto de Coinversión del Corredor Cultural Chapultepec (CCC).

En el tramo en el que se  planea construir el CCC existen nueve mil 372 unidades económicas, las más numerosas corresponden a comercio al por menor, con dos mil 150, seguidas por los hoteles y restaurantes (mil 590) y por servicios profesionales, científicos y técnicos (mil 276), de acuerdo con el estudio.

Dueños y encargados de establecimientos mercantiles consideran que el abandono en el mantenimiento a esta vialidad ha provocado que la zona pierda atractivo turístico y valor en los predios, algo en lo que coincide el mencionado estudio pues acota “pierden atractivo para potenciales compradores o arrendadores”.

 Excélsior constató la problemática existente en el tramo de la estación Chapultepec, de la Línea 1 del Metro a la glorieta de Insurgentes donde las banquetas y el arroyo vehicular están plagados de baches.

 A la altura de la avenida José Vasconcelos y hasta la calle de Toledo, el caos que generan las unidades de transporte concesionado y los puestos ambulantes, obligan a los más de 63 mil 589 pasajeros que arriban todos los días al Metro Chapultepec a caminar entre camiones y autos que se estacionan y circulan en el Cetram Chapultepec, además de  banquetas, y pavimentos levantados por obras, junto a tambos y conos viales que impiden el paso.

 Aunque a lo largo de la avenida hay presencia del comercio informal éste se intensifica al exterior de las estaciones del Metro desde la calle Sevilla hasta Varsovia.

 Establecimientos comerciales en el abandono y viviendas deterioradas contrastan con la construcción de edificios en el tramo de Varsovia a Amberes, desde donde el acceso a la glorieta de Insurgentes se dificulta a los peatones y ciclistas por la acumulación de basura en las escaleras y pasillos, por demás deteriorados.

 Habitantes de las colonias Juárez, Roma Norte y Cuauh-témoc expresaron que el deterioro de calles es uno de los problemas más presentes en la zona, por encima del congestionamiento vial y el ambulantaje,

Socorro Juárez Mendoza, dueña de una estética ubicada en avenida Chapultepec y Londres, desconoce el proyecto de esta “calle completa con vocación cultural”, pero dijo que es necesario subsanar el deterioro de la calle.

“Si van a mejorar la avenida, yo digo adelante, el tiempo que tarde, pero que ya arreglen esto que cada día está más olvidado y que nada más hacen una reparación aquí y otra allá”, afirmó.

Entre los vecinos y comerciantes también predomina la preocupación de las afectaciones que las obras puedan generar y el daño al Acueducto, que consideran un espacio que da fe del esplendor pasado de esa avenida.

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