Calderón entregó el premio Carlos Fuentes a Vargas Llosa

Virginia Bautista y Luis Carlos Sánchez   23/11/2012

Calderón entregó el premio Carlos Fuentes a Vargas Llosa

Calderón entregó el premio Carlos Fuentes a Vargas Llosa

Virginia Bautista y Luis Carlos Sánchez

El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa concedió anoche el papel protagónico, anunciador del boom latinoamericano, a la primera novela del mexicano Carlos Fuentes (1928-2012), La región más trasparente, y no a la suya, La ciudad y los perros, como se ha dicho, pues “la de Carlos apareció en 1958, es decir, cuatro años antes que la mía”.

El novelista y ensayista peruano-español agregó que “fue acaso la primera novela latinoamericana que rompió el aislamiento en que hasta entonces nacían, vegetaban y morían tantas novelas que, por falta de editoriales y la balcanización cultural de nuestro continente, sólo se ponían al alcance de mercados minúsculos y pasaban por lo tanto desapercibidas del gran público”.

Vargas Llosa realizó una oda a la obra de su amigo y compañero de generación tras recibir de manos del presidente Felipe Calderón el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español, dotado con 250 mil dólares y una escultura de Vicente Rojo.

En una ceremonia ante más de 700 invitados, entre quienes destacó Silvia Lemus, la viuda de Fuentes, el autor de El sueño del celta dedicó los 40 minutos de su discurso de aceptación del premio a revalorar la obra de Fuentes, teniendo como escenario la Ciudad de los Libros, que fue reinaugurada por el titular del Ejecutivo federal.

Dijo que la obra de Fuentes es “enorme, de dimensiones verdaderamente balzacianas…, abarcó todos los géneros. Se ha destacado de ella su ambición, su diversidad, lo enraizada que está, al mismo tiempo, en México, en América Latina y en buena parte del resto del mundo”.

Evocó al amigo que conoció en 1962, con el que compartió noches de tequila, mariachis y efusiones. “Era muy generoso con los escritores jóvenes que se acercaban a él, llevándole sus manuscritos y pidiéndole consejo. Quería que al mismo tiempo que sus propios libros, el mundo conociera la obra de sus colegas y amigos”. Per|o destacó sobre todo a La región más trasparente y a su protagonista Ixca Cienfuegos, que es “reminiscencia de una cultura que, oculta y enterrada por los prejuicios y una idea discriminatoria de la modernidad, está siempre viva y desde la sombra y los márgenes continúa pugnando por recobrar una presencia en el México del siglo XX”.

El Nobel de Literatura se preguntó qué ha quedado de todo aquello y se responde.“Algunos libros que todavía desafían la usura del tiempo y siguen conquistando lectores. Y también, acaso, una manera nueva de asumir el oficio literario que han hecho suya las nuevas generaciones de escritores latinoamericanos”.

Finalmente, Vargas Llosa rindió un homenaje a Silvia Lemus, la compañera de Fuentes, quien compartió con él, dijo, la felicidad y los quebrantos de la vida. Y deseó larga y exitosa vida al premio. Con este acto, quedó abierta al público la Ciudad de los Libros, proyecto de 550 millones de pesos.

Faltó por abrir un patio

La obra de remodelación de la Ciudadela fue inaugurada sin dar acceso al espacio donde estaba el Fondo Reservado.

A unos pasos del estrado donde el presidente Felipe Calderón entregó el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español a Mario Vargas Llosa, un muro de tablarroca bloqueaba el acceso a uno de los cuatro patios del edificio de La Ciudadela.

El acceso restringido forma parte de los faltantes con los que fue reinaugurada la Biblioteca de México José Vasconcelos.

Un patio sin terminar, el espacio donde antes estuvo el Fondo Reservado bloqueado, la ausencia de butacas en el foro polivalente, la falta de cabinas de trabajo en la sala de invidentes y otros detalles como conexiones inconclusas en la Librería Alejandro Rossi, son algunos de los elementos que aún falta dejar listos en el espacio que hoy abrirá sus puertas al público.

Anteriormente el patio aún sellado, fue ocupado por la Hemeroteca del lugar.

Ese espacio está planeado para dedicarse a la imagen pues en él desembocará el acceso que conectará a la Biblioteca con el Centro de la Imagen, lugar que sin embargo será concluido en 2013 debido a los retrasos que ocasionó la modificación del proyecto del arquitecto Isaac Broid.

El martes pasado, la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, aceptó que la biblioteca abriría con faltantes y con los trabajos al 98 por ciento.

“Este es un edificio enorme que es del tamaño de Palacio Nacional (…) Quisiera que no hubiera ningún malentendido porque sé que para ustedes es blanco o negro, va estar terminado lo que hemos anunciado, inicialmente lo que propusimos fue tener cinco grandes bibliotecas personales con un proyecto arquitectónico y con aportaciones plásticas, el patio central, todo el piso de la Ciudadela, la Biblioteca de niños y la Biblioteca de invidentes”, dijo.

Ayer sin embargo, empleados de intendencia y obreros que trabajaron en las obras aseguraron que faltan “muchos detalles” por terminar en el inmueble.

En el acto inaugural Sáizar insistió además en sustituir el nombre de la Biblioteca de México por el de La Ciudadela, la Ciudad de los Libros.

Ese nombre incluso fue impreso y colocado como principal sobre el estrado donde se ubicó el Presidente de la República.

Boom cambió opinión del país

El presidente Felipe Calderón prefirió hablar de política.

Él mismo lo aceptó refiriéndose a la famosa frase de Mario Vargas Llosa acerca de que México era la dictadura perfecta, “no podría yo ni siquiera opinar, ya no digamos discurrir, si el boom latinoamericano comenzó con La región más transparente o con La ciudad y los perros, pero lo que sí sé es que fue un boom político y de opinión que cambio en buena hora muchas cosas en nuestro país”.

A diez días de que termine su administración, el mandatario pareció querer desmarcarse del pasado, incluso otorgó la cualidad de “mágicas” a las palabras del Nobel de Literatura peruano.

Las palabras pronunciadas a fines de los ochenta “en aquellos encuentros organizados por Octavio Paz”, dijo, fueron “tan mágicas como el realismo mágico y sonaron estruendosas en el tímpano de los oídos de los mexicanos: México es la dictadura perfecta y se cayó el país.

Fue en ese marco, de murmullos y de engaños, como si se hubiera quebrantado un gran cristal con un estruendo estrepitoso y ese cristal que se quebró fue el cristal de la televisión, quién lo hubiera creído”.

Calderón definió a Vargas Llosa como un hombre íntegro, capaz de equivocarse o acertar, “al final de cuentas es Vargas Llosa un hombre congruente con sus ideas, muchas veces polémicas, muchas veces provocadoras”.

Una de ellas: su abierto liberalismo, fue asumido por el Presidente, “yo coincido con usted don Mario, un liberal en toda la extensión de la palabra, en que ese es el buen camino para que América Latina deje por fin de ser el continente del futuro y pase a serlo del presente”.

Durante su discurso de casi 20 minutos, Calderón recordó que el nombre del remodelado edificio de La Ciudadela es Biblioteca de México José Vasconcelos; agradeció el trabajo a la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar; recordó con reconocimiento al ex presidente de la dependencia, Sergio Vela (su compañero en la Escuela Libre de Derecho, que dejó el cargo tras el escándalo de sus viajes) e hizo una crítica de la construcción en el sexenio de Vicente Fox de la Biblioteca Vasconcelos, la llamada Megabiblioteca, cuando mencionó el dinero invertido en La Ciudadela: “no fue poco, pero fue considerablemente menos de lo que se han gastado en otras bibliotecas y sin las controversias que pueden acompañarlas”.

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