Marchas afectan salud y economía de ciudadanos

Francisco Pazos, David Vicenteño, Arturo Páramo, Ximena Mejía, Luis Pérez y Gerardo Jiménez   05/09/2013

Marchas afectan salud y economía de ciudadanos

Marchas afectan salud y economía de ciudadanos

Francisco Pazos, David Vicenteño, Arturo Páramo, Ximena Mejía, Luis Pérez y Gerardo Jiménez

Uno de los servicios más sensiblemente afectado de la capital es el de la salud pública, que ha padecido las protestas que ha realizado durante 17 días la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

A los cortes de la circulación vehicular, cierres peatonales y suspensiones de servicios de transporte público se sumó el cierre del centro de salud Dr. Luis E. Ruiz, en avenida Congreso de la Unión y Fray Servando Teresa de Mier, pues aunque la marcha de ayer no llegó a las inmediaciones de la Cámara de Diputados, las actividades en la colonia Merced Balbuena se trastornaron desde antes del mediodía, con el despliegue de unos 200 elementos de las policías Bancaria y Federal, y la reinstalación del cerco metálico en el entorno.

El temor de que ocurrieran hechos violentos durante las manifestaciones obligó a los responsables del centro de la red médica del GDF a suspender la atención y cerrar.

Es muy grave porque los maestros no alcanzan a visualizar el grado de daño que hacen al cerrar centros de salud y quitar las consultas. Los usuarios se quejan porque dicen que no son atendidos.

Acabo de rechazar, es triste que lo diga, a pacientes embarazadas. A una embarazada con nueve meses no la pude atender y la mandé al hospital, a ver qué le dicen, porque no lleva ninguna referencia médica”, dijo Guadalupe Peláez, trabajadora del centro de salud.

Los empleados fueron avisados antes del mediodía que debían abandonar el inmueble por el despliegue de grupos de granaderos y policías a caballo sobre Congreso de la Unión.

“Ahora tuvimos que evacuar a pacientes y personal para seguridad de todos. Aquí se atienden pacientes crónicos, adultos mayores, embarazadas y consulta general”, detalló Beatriz, otra trabajadora.

Otros enfermos, en lo económico, son los comercios del corredor Reforma-Zócalo: las marchas y plantones han ocasionado pérdidas de 70 por ciento de la clientela de la industria restaurantera, aseveró el vicepresidente de Turismo capitalino de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), Alberto Cisneros.

“En dinero no tenemos el dato, pero en porcentaje, 70 por ciento de la clientela la perdemos”, dijo.

Aclaró que hasta el momento no existe reporte de que algún establecimiento haya cerrado, como en el cierre de Reforma en 2006, por el plantón postelectoral de Andrés Manuel López Obrador.

Administradores de hoteles y restaurantes consideraron que no resultó un buen negocio tener de vecinos a los senadores.

Aunque huéspedes y comensales, trabajadores del Senado y el resto de ciudadanos pudo ayer pasar un filtro de seguridad, con sólo mostrar una credencial, las ventas han caído ante el vallado que existe en torno al recinto legislativo.

“Cancelaron muchos eventos, nos cancelaron muchas reservaciones individuales. Algunos grupos los pudimos recuperar por estrategias que hicimos con algunos elementos de la policía, para que nos apoyaran a meter a estos grupos”, dijo Jesús López, gerente del hotel Sevilla Palace, a 50 metros del Senado.

“Al principio lo vimos como un beneficio tener aquí a los senadores, conociendo que es gente que tiene que trasladarse de su lugar de origen; ya los últimos siete meses nos ha causado muchos problemas”, agregó López.

“Ya basta, hay que poner un hasta aquí, están perjudicando a todos, no sólo a la niñez, sino a todas las personas que venimos aquí a trabajar.

A los mismos habitantes del Distrito Federal se les está perjudicando por una bola de irresponsables, debe procederse con energía”, consideró Saúl Alamilla Ruiz, huésped del hotel.

Para Alejandra Ruberto y Marco Antonio Pérez, administradores del restaurante El 10, a un costado del Senado, el panorama también es oscuro.

“(El martes) tuvimos que cerrar; nos está afectando muchísimo las ventas. Al día de hoy tenemos pérdidas de 40 a 45 por ciento”, dijo la encargada.

EL NEGOCIO.

Además de los vendedores ambulantes, uno de los pocos rubros que ha visto beneficios con las marchas es el de la venta de medicamentos.

Doña María tiene décadas vendiendo boletos de lotería en el Centro Histórico. Para cada sorteo vende unas 20 series entre sus clientes habituales y los que encuentra en cantinas, restaurantes y la calle. Desde hace tres semanas, cuando la CNTE intensificó sus acciones, su venta bajó dramáticamente.

“Ellos piden respeto a su derechos, ¿y mi derecho a trabajar?”, externó la anciana que ayer sólo había vendido una serie para el sorteo de mañana.

Lo que ha ocurrido en el Centro Histórico es que la vida comercial se ha trastocado. Sólo ayer, cuando un grupo de manifestantes de la Escuela Superior de Educación Física ingresó por Madero al Zócalo, los comercios cerraron sus cortinas durante el tiempo en que pasó la marcha.

En restauranes como El Cardenal, en la calle Palma, no hay clientes; los valet parking prácticamente se han quedado sin trabajo, y a estacionamientos como el de Tacuba y Palma, en medio del plantón, ni autos llegan.

Víctor Cisneros, empresario y quien maneja un portal dedicado al primer cuadro, señala que desde el plantón de López Obrador, hace siete años, no se había “tenido un agravio como el que tenemos en el Centro Histórico. Las ventas han caído notablemente. Los comercios están en etapa crítica y las autoridades, bien gracias”.

Cisneros explicó que se han cancelado visitas turísticas al Centro Histórico, los hoteles y restaurantes están cancelando reservaciones para las fiestas del 15 de septiembre y la tradicional iluminación en el Zócalo no ha podido ser encendida.

“Los museos prácticamente no tienen actividad en estos días, las actividades que tenían se han suspendido. Yo digo que ya basta, es un llamado al jefe de Gobierno y al Presidente de la República.

El Centro histórico no tiene colores y no debemos partidizarlo, es de todos los mexicanos y merece ser respetado y ser libre. Esto es un atentado contra muchas cosas”, sentenció Cisneros.

Entre los pocos beneficiados de la situación de caos que vive la ciudad se encuentran los vendedores ambulantes y las farmacias. Durante el recorrido que realizaron integrates de la CNTE de Oaxaca, Tabasco, Michoacán, Estado de México, Distrito Federal, Chiapas, Nayarit y Veracruz, vendedores de fruta, semillas, jícamas, helados, tlacoyos, frituras e impermeables expresaron que para ellos “el negocio es seguir a los maestros”.

“Mis ventas aumentaron en un 50 por ciento: en días normales vendo 30 vasos al día y hoy con la marcha he vendido casi 65; de a 18 pesos”, dijo Miguel Reyes, vendedor de fruta que sin intención política alguna también esperaba la salida de una comisión de líderes de la protesta de la Secretaría de Gobernación.

Estos informales se distinguen por avanzar a la par de las marchas en triciclos, bicicletas o cargando carretillas, donde también ofrecen cacahuates, palanquetas, dulces, tacos de guisado, tortas, refrescos o raspados.

No faltó el audaz que ganó un espacio entre los manifestantes y colocó un anafre, en mitad de Bucareli, para preparar elotes asados.

Además de alimentos, también se comercializan gorras, sombreros, llaveros, collares de piedras, sillas plegables de lona, paraguas, películas y discos compactos.

Por su puesto, la oferta incluye fotografías del Che Guevara, libros sobre el comunismo, el socialismo, la revolución cubana y personajes como Carlos Marx, Federico Engels y Lenin.

En tanto, antidiarréicos, analgésicos y espasmolíticos fueron los medicamentos más solicitados por los protestantes en las farmacias de la zona.

“No son agresivos, de hecho a nosotros sí nos benefician porque compran medicamentos”, dijo un vendedor de la farmacia ubicada en Bucareli y Morelos.

Sin embargo, para negocios como el de Francisco Rocha, en la calle Abraham González, lo único redituable resultaba cobrar a los manifestantes cinco pesos por usar sus sanitarios.

“En estos días no han abierto siete locales; así como vamos nos van a mandar a la quiebra”, lamentó.

 

AICM y casetas se salvaron

A pesar de que el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) se dijo preparado para enfrentar cualquier contingencia, en un entorno de movilizaciones magisteriales, las operaciones transcurrieron con normalidad ayer.

Tenemos realmente a todos nuestros equipos trabajando y nuestro compromiso es con los pasajeros, de seguir prestando servicios con calidad, con eficiencia y enfrentando cualquier adversidad”, dijo el gerente de Comunicación Social de la terminal aérea, Jorge Andrés Gómez Pineda.

Mientras, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal se mantuvieron alerta de posibles bloqueos a la terminal aérea.

Gómez Pinead aseguró que debido a que el AICM es “la puerta de México”, las operaciones transcurren con normalidad y “el aeropuerto está siempre preparado para cualquier eventualidad, contingencia y emergencia”.

Al prever que integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloquearan las inmediaciones del AICM, Gómez Pineda destacó que cuentan con el apoyo de policías federales y auxiliares porque “este aeropuerto no puede parar”.

Recordó que el viernes 23 de agosto, cuando maestros bloquearon Boulevard Puerto Aeropuerto, se sumaron 400 policías auxiliares y 800 federales a los 600 elementos con los que opera de manera cotidiana dicha terminal.

El AICM lleva a cabo mil operaciones entre aterrizajes y despegues, además de movilizar a unos 100 mil pasajeros.

En tanto, las autopistas que llegan a la Ciudad de México no sufrieron bloqueos ni manifestaciones, como habían amenazado integrantes de la CNTE.

 

Despliegue de corporaciones

Por cada movilización que ha realizado la CNTE durante estas tres semanas en las que se mantiene en plantón en el Zócalo, se han desplegado entre cuatro y cinco mil policías, sin embargo el pasado 1 de septiembre fueron más de 30 mil los concentrados.

Fuentes de la Subsecretaría de Operación Policial de la Sectretaría de Seguridad Pública del DF señalaron que en promedio se asignan de 200 a 300 elementos de cada agrupamiento, entre los que destacan el de Granaderos, Fuerza de Tarea, Policía Metropolitana, Tránsito,  Auxiliar y Bancaria e Industrial.

“El domingo pasado nos acuartelaron con una noche de anticipación, para estar preparados desde las 6:00 horas; nos levantan a las 5:00 horas y paramos por la noche, de lo contrario nos vamos de filo las 24 horas, eso depende de lo que indique el mando”, comentó un policía del agrupamiento Granaderos Poniente.

Además, existen puntos considerados vulnerables que son custodiados de manera especial por la policía capitalina, como la Embajada de Estados Unidos, Los Pinos, la Cámara de Diputados, el Senado, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y algunas televisoras.

“Son entre cuatro y cinco mil policías, en algunos casos se relevan cada 12 horas, sin embargo, hay unos que trabajan 24 horas por 48 de descanso, que son principalmente los granaderos”, dijo la fuente.

Ayer, no fue necesaria la fuerza para controlar manifestantes. Aunque en por lo menos dos momentos algunos de ellos cayeron en provocaciones de sus compañeros que exigían la liberación de los presos del 1 de septiembre y por ello zarandearon las rejas que protegían a la Segob, pero los visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal no reportaron ningún percance mayor.

Declaran consignados

La situación jurídica de los  siete consignados que fueron detenidos el pasado 1 de septiembre podría definirse el próximo sábado de no solicitarse la duplicidad del término constitucional ante el Juzgado 23 penal de delitos no graves.

Hasta el cierre de esta edición, los siete jóvenes rendían su declaración y fuentes del Tribunal Superior de Justicia del DF detallaron que son distintos los delitos que se les

tipificaron.

A Jesse Alejandro Montaño Sánchez se le acusa de resistencia de particulares, portación de objetos aptos para agredir, ultrajes a la autoridad y delitos contra la salud en su modalidad de posesión de narcóticos.

Gustavo Ruiz Lizárraga, Juan Daniel Velázquez, Pável Alejandro Primo y Gonzalo Amozutia están acusados de resistencia de particulares, ultrajes a la autoridad y contra el ejercicio legítimo de la autoridad. Omar Beristáin y Gabriel Carreón son señalados  como responsables de la comisión del delito de resistencia de particulares.

Ayer por la tarde, aproximadamente 30 jóvenes cerraron la circulación en el cruce de Sullivan e Ignacio Manuel Altamirano, en la colonia San Rafael, en apoyo de las siete personas consignadas por hechos violentos el 1 de septiembre.

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